jueves, 16 de septiembre de 2010

Conservar la Sanidad

Identificamos las heridas del alma a las:
  • Ofensas 
  • Maltratos 
  • Rechazo
La Biblia nos dice:


El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades. Salmos 103:3



Como humanos, siempre estaremos expuestos al rechazo, pero debemos saber que es nuestra reaccion hacia aquella ofensa lo que permite dañar o herir nuestra alma o corazón.
Tomar una reacción de venganza, o rencor, resentimiento, va causando mas heridas a nuestro corazon. Es como ir depositando semillas tras semillas, y pasando el tiempo las raices comienzan a crecer y llegan a dominar nuestro corazón por que no permitimos perdonar desde un principio.

Sabiendo estas cosas, ya no debemos actuar a la primera, si no pensando, ¿realmente debo ponerme asi?.


Realmente no vamos a parar de sufrir nunca, pero si debemos luchar constantemente y conservar la paciencia.Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
3:3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
3:4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 
3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Santiago 3:2-5

Jesús nos dice que tendremos aflicciones pero debemos agarrarnos de El. y sobre todo nos enseñó como salir victoriosos.


FORMULA VICTORIOSA

5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;5:40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;5:41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla,lleve con él dos. Mateo 5:39-41

  • No pagar con la misma moneda
  • No decir: perdono, pero no olvido

 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21


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